Con talleres musicales y un homenaje a la cultura campesina, el programa ‘Sonidos para la Construcción de Paz’ fortalece el tejido social en Cundinamarca.
El Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, en alianza con la Fundación Batuta, ha puesto en marcha dos proyectos transformadores en la región del Tequendama: Fortalecimiento del Pacto por la Cultura y el Turismo y la Escuela Cultura Campesina. Estas iniciativas, que forman parte del programa presidencial Sonidos para la Construcción de Paz, buscan impulsar la cultura, fortalecer el tejido social y consolidar la región como un referente de paz y desarrollo.
El Fortalecimiento del Pacto por la Cultura y el Turismo, que inició el 18 de noviembre y culmina el 15 de diciembre, ha llevado talleres de sensibilización musical y práctica coral a siete municipios: La Mesa, Anolaima, Apulo, Tena, El Colegio, San Antonio del Tequendama y Viotá. Con un enfoque psicosocial y dirigido a personas mayores de 8 años, sin límite de edad, este espacio gratuito logró reunir a 210 participantes en actividades intergeneracionales enfocadas en el diálogo, la reconciliación y la cohesión social.

La Escuela Cultura Campesina: un homenaje a las raíces
Como parte del Pacto por la Cultura, la Paz y el Turismo, también avanza la Escuela Cultura Campesina, una propuesta que busca rescatar la identidad rural y las tradiciones artísticas de la región. Liderada por la Cooperativa Colegiuna para el Buen Vivir (COCO), esta escuela cuenta con talento humano 100% local, compuesto por maestros, sabedores campesinos y coordinadores comunitarios.
Actualmente, el proyecto se encuentra en su etapa inicial de reconocimiento y planeación, con el objetivo de caracterizar iniciativas culturales, fomentar el intercambio de saberes y sistematizar experiencias que resalten las raíces campesinas del Tequendama. Se espera que esta primera fase finalice el próximo 22 de diciembre.
Ambos proyectos demuestran el compromiso del gobierno con el desarrollo integral de las comunidades y el uso de la cultura como herramienta para la construcción de paz, posicionando a la región del Tequendama como símbolo de resiliencia y transformación social.