Bogotá, Colombia
November 14, 2025
Sin cortes y con lagos privados: así funciona el exclusivo condominio donde viven Vicky Dávila y otros poderosos
Gobierno

Sin cortes y con lagos privados: así funciona el exclusivo condominio donde viven Vicky Dávila y otros poderosos

Nov 13, 2025

En plena sequía de 2024 y 2025, el condominio La Pradera de Potosí mantuvo el suministro constante de agua para su lago de esquí y campos de golf, mientras la comunidad vecina soportaba cortes diarios.

Durante las fuertes sequías que azotaron a Cundinamarca entre 2024 y 2025, los habitantes de la vereda San Cayetano, en La Calera, debieron acostumbrarse a que el agua solo corriera entre las seis de la mañana y las dos de la tarde. En ocasiones, los grifos permanecieron secos hasta por cuatro días. A pocos metros de allí, en cambio, los socios del exclusivo condominio La Pradera de Potosí disfrutaban de su lago de esquí acuático, campos de golf y caballerizas con suministro continuo del líquido.

De acuerdo con documentos de la Corporación Autónoma Regional (CAR), el club residencial figura como el tercer mayor captador de agua del municipio, solo superado por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá y la Empresa de Servicios Públicos de La Calera. Incluso, la cantidad de agua que retiene el condominio supera cinco veces la de la planta de Coca-Cola en la vereda Santa Helena.

La CAR le ha otorgado dos concesiones de captación a La Pradera: una doméstica y otra recreativa, esta última usada para mantener 25 lagos artificiales y actividades acuáticas. Solo en 2023, el club pagó $20.191.000 por el uso de miles de metros cúbicos de agua; una cifra irrisoria si se compara con lo que paga una familia de estrato tres en la misma zona, que abona alrededor de $6.818 por cada metro cúbico.

Incumplimientos y uso recreativo del agua

Los informes técnicos de la CAR evidencian incumplimientos del club respecto a la devolución del caudal captado. En un reporte del 2 de julio de 2024, la entidad advirtió que, aunque el agua debía retornar al río Teusacá, no existen mecanismos de medición que garanticen la restitución del 100 % del caudal. Además, buena parte del líquido se pierde por evaporación, debido a su uso en lagos y zonas paisajísticas.

“Extraer agua de ese lugar tiene connotaciones negativas hacia la biodiversidad y el mantenimiento del ecosistema”, advirtió Robinson Carvajal, integrante de la veeduría ambiental Échele ojito al agua. Según él, el caso refleja un proceso de privatización del recurso hídrico, donde “se capta en un punto, se privatiza y, al descargarla, se pueden generar afectaciones”.

Poder y privilegio

Entre los residentes del club figuran nombres de peso en el mundo político y empresarial colombiano. Cuatro fuentes consultadas por confirmaron que allí viven Vicky Dávila, precandidata presidencial, y Gloria Pachón, madre del alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán.
En los registros de la Cámara de Comercio de Bogotá aparecen directivos como Eduardo Calero Arcila, presidente de PriceWaterhouse Colombia; Juan Diego Correa, director de Banca Privada de Davivienda; y Carolina Guillén Gómez, árbitro de la Cámara de Comercio.

“El que entra a ser socio de La Pradera de Potosí es alguien con mucho dinero; no cualquier persona puede hacerlo”, señaló Carvajal. Y no es para menos: el acueducto comunitario de San Cayetano apenas puede captar 0,13 litros por segundo, mientras que las concesiones del club suman 17,49 litros por segundo, según datos oficiales.

Sin racionamiento, incluso en la sequía

Pese a los racionamientos decretados en La Calera y Bogotá a inicios de 2024, los informes de la CAR confirman que La Pradera de Potosí nunca suspendió su suministro de agua.
El 10 de julio de ese año, una inspección técnica constató que el pozo profundo del club operaba sin restricciones: “En función del pozo profundo no se ha realizado racionamiento en el presente año”, se lee en el documento.

Las cifras lo confirman. Entre diciembre de 2023 y febrero de 2024, el club extrajo 47.851 metros cúbicos de agua, y un año después la captación fue de 47.147 metros cúbicos, una reducción mínima del 1,48 %, mientras millones de personas en la región sufrían cortes diarios.

Para las investigadoras Sandra Brown y María Cecilia Roa, autoras de un estudio sobre 28.104 concesiones de agua en Colombia, estos casos son el reflejo de una desigualdad estructural: “Las concesiones parecen ser un mecanismo de exclusión, ya que solo una minoría de usuarios tiene alguna y la distribución de los volúmenes es extremadamente desigual”.