José Antonio Kast gana la presidencia de Chile y su política migratoria dispara alarma entre colombianos
El líder ultraconservador obtuvo más del 58 % de los votos y prometió endurecer normas contra migrantes irregulares, generando preocupación entre comunidades extranjeras.
Con una votación amplia en la segunda vuelta, José Antonio Kast se impone como presidente electo y plantea medidas estrictas frente a la migración irregular —lo que ha encendido inquietudes especialmente entre colombianos residentes en Chile.
SANTIAGO — En una jornada electoral marcada por un giro hacia la derecha política, José Antonio Kast, candidato del Partido Republicano, se convirtió en el nuevo presidente de Chile, tras lograr aproximadamente 58 % de los votos frente a su rival de izquierda. Su victoria, considerada la más amplia desde 1990, fue interpretada como un respaldo a propuestas de seguridad y control migratorio más rígido.
El triunfo del líder ultraconservador ha prendido las alarmas en las comunidades migrantes, principalmente entre colombianos que residen en suelo chileno. El censo oficial más reciente indica que sobre 1,6 millones de migrantes en Chile, alrededor del 12 % son colombianos, muchos de ellos con desafíos para regularizar su situación migratoria.
Desde la campaña, Kast ha hecho de la migración irregular uno de sus pilares, proponiendo medidas que incluyen plazos estrictos para que quienes estén sin documentación regular abandonen el país y la reducción de beneficios estatales para migrantes que no cumplan con los requisitos legales. Este enfoque duro ha sido rechazado por diversos sectores que lo califican de impracticable y discriminatorio.
Organizaciones de migrantes y defensores de derechos humanos han expresado su preocupación ante posibles expulsiones o restricciones al acceso a servicios básicos. Líderes comunitarios han señalado que medidas de este tipo podrían dejar sin protección a familias que han construido su vida en Chile durante años.
El impacto político de esta elección trasciende las fronteras del país austral. Desde distintas capitales latinoamericanas se observa con atención la orientación del nuevo gobierno, mientras líderes de derecha celebran el resultado como parte de un movimiento regional hacia políticas más conservadoras.
Aunque Kast ha mantenido que su enfoque buscará ordenar la migración de forma «digna» y cumplir la ley, analistas advierten que el cumplimiento de sus promesas podría enfrentar retos logísticos y legales, especialmente en relación con los procedimientos de expulsión y regularización para cientos de miles de residentes extranjeros.
El mandatario electo asumirá oficialmente el cargo en marzo de 2026, con un amplio mandato popular, pero con una agenda que seguramente será objeto de intenso debate tanto dentro como fuera de Chile.
