El político santandereano sigue sonando como un prometedor “presidenciable”, sin embargo, su altercado con un concejal de Bucaramanga le podría frustrar sus aspiraciones.
Tras su salida de la alcaldía de Bucaramanga, el ingeniero Rodolfo Hernández, ante su gran popularidad frente a ‘la ciudad bonita’, empezó a ganar renombre en todo el país y se le empezó a vincular con un proyecto presidencial junto al empresario Arturo Calle, lo que aumentó sus posibilidades de poder ser uno de los candidatos más fuertes para los comicios en 2022.
Sin embargo, un altercado que protagonizó el ingeniero durante su tiempo en la alcaldía podría costarle caro debido a una falta disciplinaria. Así lo comentó la Procuraduría luego de ratificar la sanción que le impuso a Hernández por el altercado con el concejal Jhon Jairo Claro en 2018, mientras este le realizaba una entrevista y le habló sobre supuestas irregularidades en las que estaría involucrada su familia.
Recordemos que en ese año, Hernández llegó a protagonizar uno de los videos más virales en internet, pues mientras el concejal Claro lo cuestionaba por la entrega de unos contratos que supuestamente estaría recibiendo uno de sus hijos, el entonces alcalde estalló en ira y entre insultos lo golpeó en la cabeza y lo hizo sacar de su oficina.
Ante la agresión, la Procuraduría emitió un fallo de primera instancia en diciembre de 2019, en el que determinaban una suspensión de su cargo por 8 meses, decisión que Hernández apeló, pero que en segunda instancia el MInisterio Públicó le ratificó, imponiendo una sanción económica de 124 millones de pesos; debido al no ser actualmente el alcalde de Bucaramanga la suspensión del cargo no puede hacerse efectiva.
Varios medios nacionales han afirmado que la candidatura de Hernández terminaría antes de arrancar, pues de ser confirmada la decisión sería el tercer fallo en su contra por el incidente y además de la multa que tendrá que pagar estaría inhabilitado durante tres años para ejercer cargos públicos, descartando cualquier posibilidad de su llegada al Palacio de Nariño.