La periodista y columnista dedicó su espacio semanal a comentar el escándalo relacionado con la vicepresidenta y su hermano, dejando claro que no apoya su postura ante los medios.
“Un pedestal moral que no tiene” la demoledora frase que resume la columna publicada por la periodista y presentadora de Semana en Vivo, María Jimena Duzán, que en su publicación semanal decidió comentar varios aspectos relacionados con el escándalo que tiene hoy en vilo la credibilidad de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.
Duzán fue enfática en afirmar que al igual que varios de sus colegas y otros políticos, el hecho de tener un hermano que haya participado en actividades ilícitas no hace que la vicepresidenta sea culpable de algún delito; sin embargo, sí deja claro las pocas cualidades éticas con las que cuenta Ramirez y de las que suele hacer alarde en cada una de sus entrevistas.
Otro aspecto destacado por Duzán en el enfoque que Ramírez quiso darle al hecho, usando varios eufemismos para confirmar la información y disminuyendo el hecho con palabras como “error” y “tragedia” referente a las actividades criminales de su hermano, además de no ser transparente en la publicación de la información sino hasta que el hecho fue sacado a la luz pública, haciendo la comparación con el caso del general Oscar Naranjo y su renuncia por un caso parecido con un familiar.
Pero más allá de la indignación generada por la revelación del hecho, Duzán comentó que lo más preocupante del entorno de la vicepresidenta no son las actividades que realizó su hermano, sino en las que ella y su esposo estarían involucrados, al mostrar cercanías con el narcotraficante ‘Memo Fantasma’, hecho que fue denunciado por el medio internacional ‘InSight Crime’ y que aún permanece sin resolver.
“Siempre pensé que la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez había llegado al poder para demostrar que las mujeres somos capaces de hacer una diferencia, pero lo que ha sucedido es lo contrario”, concluyó Duzán, quien entre otras cosas ha sido una de las pocas periodistas que han hablado en favor de los periodistas que hicieron público el escándalo.
