En un acto de perdón sin precedentes, la hermana de Juliana Giraldo visitó el lugar donde fue asesinada su familiar, para luego protagonizar una fotografía que ha dado la vuelta al país.
Tras el asesinato perpetrado por miembros del Ejercito Nacional contra Juliana Giraldo, la mujer trans que viajaba junto a su esposo y otros compañeros, las imagenes que rondan en el país están centradas en el municipio de Miranda, en el departamente del Cauca, lugar donde ocurrieron los hechos y donde las autoridades permanecen realizando una inspección exhaustiva.
Sin embargo, iniciado todo el proceso de recolección de pruebas y de comunicación con los familiares de la víctima, una de las primeras personas en acercarse fue la hermana de Juliana, la joven Ana María Díaz, la cual es hoy noticia nacional por la fotografía que protagonizó con la madre del uniformado acusado de haber disparado. Ana María fue capaz de mantener la compostura y guardar la serenidad durante el encuentro, admitiendo que sabe del dolor en el que se encuentra la familia del uniformado.
“Tenemos un gran dolor, no tenemos odio. A mi hermana nadie me la va a devolver. Y sé lo que de pronto ustedes están sintiendo pero desde el fondo de mi corazón, odio no hay”, comentó la hermana de la víctima. Inmediatamente intervino Francisco Larrañiaga, esposo de la fallecida, quien a su vez consoló a la madre del soldado diciéndole que ella “no tiene la culpa de las cosas malas que haga su hijo”.
Siguiendo con el llamativo encuentro, Ana María insiste en que lo más importante es evitar que casos como el ocurrido no pueden presentarse en ninguna parte del país, razón por la que insiste en que si existen personas con deseos de protestar la muerte de Juliana que lo hagan de manera pacífica y no empeorando la situación que ya se vive y evitar un mayor número de víctimas.
Aunque la actitud de los cercanos a Juliana fue bastante conciliadora y centrada en la búsqueda de evitar nuevas confrontaciones, otro familiar de la víctima pidió que las autoridades hagan las investigaciones necesarias para que se haga justicia para que el crimen no quede impune como otros casos ocurridos en el país.
Fue justo después de sus intervenciones cuando Ana María se acerca a la mamá del uniformado para luego darse un fuerte abrazo de perdón en medio de lágrimas y los aplausos de la gente.