El jefe máximo del Clan del Golfo se ha vuelto viral, no solo por lo que representa su captura sino también por las imágenes que ha dejado hasta el momento y donde se le ve tranquilo.
El país celebra la captura de Dairo Antonio Úsuga David, más conocido por su alias ‘Otoniel’ y que durante años logró escabullirse de las autoridades aprovechando las rutas que existen en la selva y del grupo de hombres que ha tenido a su disposición durante muchos años y que siempre lo acompañaban.
Del líder criminal se tenía muy poco registro debido a la cautela de sus operaciones y de no intentar figurar como persona relevante, por lo que habían muy pocas fotografías del nefasto personaje encargado de la organización y expansión de una de las bandas criminales más grandes y peligrosas que han operado en Colombia y que durante varios años se dedicó al tráfico de droga y actividades relacionadas con la extorsión, secuestros, homicidios selectivos y otros delitos para su expansión.
La seguridad y poder manejados por alias ‘Otoniel’ fue tal que llegó a burlarse de la justicia colombiana pidiendo garantías para entregarse, algo que fue interpretado como una provocación. Tal era la seguridad del líder criminal que según las propias autoridades, pese a haber estado cerca de su captura, siempre había encontrado la forma de escapar.
No obstante, la buena racha de Úsuga terminó en este 2021 luego de presentarse un punto de quiebre con respecto a la forma en que operaba su organización frente al trabajo de las autoridades. Según advierten algunos medios nacionales los constantes operativos permitieron la neutralización y captura de varios de sus hombres de confianza durante el año.
La presión ejercida por las capturas llevaron a estrechar el círculo de secuaces de alias ‘Otoniel’, obligándolo a buscar escondites cada vez más recónditos en medio del Urabá antioqueño y demás regiones selváticas en donde se ha movido su organización en los últimos años.
Luego de varios operativos, este fin de semana se llevó a cabo el definitivo en el Cerro El Yoki, ubicado en la vereda San Pablo de Necoclí (Antioquia), donde fue capturado después de años de intensa búsqueda y persecución sin antecedentes, encontrando al líder criminal tirado en el suelo y sin poner oposición.
Sin embargo, su captura terminó en segundo plano luego de conocerse las primeras imágenes de Úsuga al lado de los uniformados, donde aparece sonriente y posando para la cámara de uno de los militares que participaron en su captura, generando indignación por la forma en que el criminal se burla de la justicia.
