A medida que avanzan las investigaciones sobre casos de falsos positivos, se conocen más detalles sobre los mismos. Se han conocido duros testimonios de como los miembros del Ejército Nacional realizaron ejecuciones extrajudiciales conocidas como “falsos positivos”, y que aun deja como como resultado miles de jóvenes desaparecidos.
Uno de esos testimonios que fue revelado por El espectador, lo cuenta la señora Luz Marina Cachumbe, a quien el Ejército le asesinó a su hija de 17 años. La madre de la menor, cuenta con un gran dolor que su hija era una deportista que salió el 7 de enero de 2006 de su casa para ir a jugar microfutbol a una vereda aledaña, y que después ya no regresó a casa.
Ya en horas de la madruga del siguiente día, cuenta la señora Luz marina que, “siendo las 5 de la mañana, tocaron a mi ventana y me gritaron: doña Luz Marina, doña Luz Marina, levántese que su hija está herida”. Cuando preguntó que quién “quién los hirió”, al joven que me avisó. “No, que unos disparos”, le respondió.
Después la madre contó como se desplazó hasta el lugar donde estaba su hija y como la encontró: “vi a mi hija estaba tirada en la orilla de la carretera… estaba fría, porque ese día llovía”. Luego cuenta como quienes habían asesinado a su hija la alumbraban con linternas por todas partes y le dijeron: “hijueputa guerrillera qué hace aquí”.
Ante esto la señora preguntó a quienes estaban vestidos de camuflado, “¿qué es esto?, explíquenme qué está pasando”. Sin embargo, la respuesta que recibió fue: “cállese la jeta vieja pendeja, vaya cóbresela a Uribe y deje de chillar”.
La madre contó que los uniformador acusaron al joven que iba con su hija de ser un comandante de la guerrilla, pero que ella sabía que era un joven de la comunidad. Luego intentaron sacarla a la fuerza y en un forcejeo la golpearon con un arma y quedó tirada, en el mismo sitio con su hija.
Lo que más genera indignación y rechazo es que después de haber asesinado a los jóvenes, los uniformados se llevaron los cuerpos a otro sitio y finalmente los llevaron al batallón de infantería Cacica Piganza.
“Pensé que íbamos para el hospital, pero no, de una los metieron al Batallón de Infantería Cacica Piguanza. Allí, dice mi sobrino, que a mi hija le pusieron una granada y una pistola en la mano y los fotografiaron. Al otro día el Diario del Huila tituló: “guerrilleros abatidos en combate en Belén (Huila)”, expresó la señora Luz Marina.