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Representantes del Centro Democrático no han ido a trabajar de forma presencial, afirma Inti Asprilla

El congresista del partido Alianza Verde denunció cómo la bancada uribista en la Cámara de Representantes sigue aplicando el teletrabajo, pese a la asistencia presencial de la mayoría.

Desde su cuenta de Twitter, el representante a la Cámara por Bogotá, Inti Asprilla, publicó un video en el que advierte a los colombianos sobre la forma en que la bancada del Centro Democrático permanece sin acudir al Capitolio Nacional y manteniene sus actividades de forma virtual, pese a que gran parte de los congresistas ya se han reintegrado a sus funciones corrientes.

La preocupación del representante Asprilla va más allá de la simple asistencia de sus colegas, sino en la actitud que al parecer estaría tomando todos los representantes del uribismo, los cuales estarían aprovechándose de la excusa del distanciamiento social causado por la pandemia para justificar su ausencia y “sabotear” algunos debates y proyectos por parte de otros congresistas.

“Si ni uno solo de los representantes de la Bancada del Centro Democrático viene a trabajar presencialmente, lo mínimo es que no saboteen las intervenciones de quienes sí asistimos al Congreso. Cada partido envía un delegado. El partido Verde a pesar de que somos 10, estamos 4 acá, y entendemos que el Congreso no puede estar lleno como antes, pero es importante que cada partido tenga su delegación (…)el Centro Democrático no tiene ningún delegado, no viene nadie a la plenaria de la Cámara de Representantes y tienen la mala costumbre de sabotear a través de la plataforma las intervenciones que uno hace ”, señaló Asprilla.

El representante dio como ejemplo un hecho que le ocurrió recientemente, donde luego de asistir al capitolio para realizar una constancia sobre la masacre contra los jóvenes en el municipio de Verbenal, el cual afirma que fue “saboteado” por el uribismo. Ocurrido aquel incidente, Asprilla explicó la frustración que le producen los parlamentarios que no cumplen con sus obligaciones y cobran sus millonarios sueldos, al tiempo que interrumpen el trabajo de quienes intentan legislar.