Aunque el proceso en contra del expresidente aún no haya acabado, con su captura si queda claro que no podrá retomar su puesto como parlamentario.
La impactante noticia sobre la detención del expresidente Álvaro Uribe Vélez, por decisión de la Corte Suprema de Justicia, sigue causando un sinnúmero de reacciones entre los colombianos, desde seguidores y opositores sobre el futuro del líder político y su partido, sin embargo, la decisión tiene otro efecto casi igual de impactante y es la salida definitiva de Uribe del Congreso de la República.
Al igual que lo sucedido con el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, el líder natural del uribismo no podrá continuar con sus labores como funcionario público, significando el término de sus funciones como senador de la república, lo cual deja evidentemente un efecto negativo en la bancada del Centro Democrático, la cual podría ver problemas en lo que resta del periodo legislativo que arranca.
Irónicamente, en 2018 el expresidente Uribe comentó que su interés de dejar su curul para dedicarse a preparar su defensa ante la COrte Suprema por el caso que hoy le significa su detención; aquella propuesta no se terminó dando sin embargo su salida ya ha sido confirmada teniendo en cuenta el artículo 359 de la ley 600 de 200, en la que queda claro que su salida del cargo.
“Cuando se imponga medida de aseguramiento en contra de un servidor público, en la misma providencia se solicitará a la autoridad respectiva que proceda a suspenderlo en el ejercicio del cargo”, advierte el artículo y que en ese orden de ideas se prevé que la Corte Suprema le pida en las próximas horas al Centro Democrático la suspensión oficial del expresidente Uribe.
No obstante, surge un serio dilema sobre la posibilidad de que Uribe renuncie a su cargo como senador, ya que su detención significa una suspensión del cargo más no una pérdida de investidura total, lo que abre un nuevo debate sobre si su caso pasaría a ser estudiado por la Fiscalía General de la Nación o continúa en la Corte Suprema de Justicia.
