Las águilas cuaresmeras están siendo el objetivo durante los últimos meses, pese a que duran muy poco tiempo en territorio colombiano.
Mucha preocupación por parte de defensores del medioambiente y grupos animalistas en Colombia, todo a causa de la masacre que se está llevando a cabo en el país contra las águilas cuaresmeras o Buteo swainsoni, aves migratorias procedentes de Norteamérica y que durante esta época están de paso por nuestro territorio.
Así lo denunció la Corporación Regional Autónoma del Tolima (Cortolima), asegurando que estas aves son el objetivo de un grupo de cazadores ilegales que han matado a más de 300 águilas cuaresmeras hasta la fecha en la zona rural de Fala, municipio ubicado al norte del departamento.
Los reportes de la corporación aseguran que por lo menos 100 ejemplares fueron encontrados en la vereda El Cucharo, 200 en la vereda Taberas y otros más en lugares cercanos. La situación ha alertado a las autoridades ambientales, las cuales consideran el hecho como una pérdida para la fauna silvestre mundial por su función regulatoria de insectos, roedores y reptiles en distintas zonas del continente.
Preocupa que aunque tanto las autoridades ambientales como la Policía Nacional han adelantado campañas de sensibilización a la población sobre la importancia del animal y de no atacarlo, año tras año el fenómeno se repite, aunque no con la magnitud de lo que se vive actualmente.
Aunque a ciencia cierta no se sabe la razón por la cual se han presentado tantas muertes durante este 2022, varias personas creen que se debe a que se les ha concedido a las aves ciertas propiedades afrodisíacas. Otra teoría advierte que muchos pobladores ven como un peligro la presencia de esta especie de águila, aunque no se tenga registro de ataques a poblaciones o fenómenos similares.