El expresidente se manifestó en contra de una postulación hecha por Trump con respecto a la presidencia del BID, la cual podría debilitar la democracia en toda América Latina.
Aunque el expresidente Juan Manuel Santos decidió distanciarse de la política nacional tras culminar su segundo periodo presidencial, sigue siendo una figura de gran reconocimiento a nivel internacional y participando activamente en distintos debates de gran trascendencia. Sin embargo, sus recientes declaraciones mostraron serias diferencias con la política internacional de Estados Unidos.
Por medio de una carta, Santos, junto con otros 5 exmandatarios de iberoamérica, explicaron su preocupación con la última decisión tomada por Donald Trump, quien postuló a un estadounidense a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), acción que viola un acuerdo internacional de más de medio siglo de existencia.
La misiva fue firmada, además del expresidente Santos, por Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Ricardo Lagos (Chile), Julio María Sanguinetti (Paraguay), Ernesto Zedillo (México) y Felipo González (España). En el documento, los exmandatarios señalan el incumplimiento por parte de Estados Unidos en el acuerdo que arrancó en 1960, en el que se pactó que Estados Unidos solo podría postular a un funcionario al cargo de vicepresidente del BID, y que la presidencia debería ser ocupada por algún ciudadano latinoamericano.
Según advierte la carta, que luego fue compartida por Santos en su cuenta de Twitter, la decisión de Donald Trump de postular a “uno de los suyos” para la dirección de la entidad constituiría una falta grave a lo pactado en años anteriores y significaría una agresión a cada país que hace parte de los mismos acuerdos.
“Esa nominación constituye una grave falta de respeto hacia las reglas de convivencia hemisférica e internacional y ciertamente una serie agresión a la dignidad latinoamericana”, de esa misma forma, Santos y los otros exmandatarios dicen que cuando Estados Unidos postuló a uno de los suyos para presidir la entidad “rompió la lógica de aquel acuerdo político fundamental”, llegando a acusar a Donald Trump de querer romper el consenso histórico por intereses electorales.
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