Durante la entrevista que le hizo Vicky Dávila a Gustavo Petro, surgieron varios temas bastante espinosos para ambos, lo que guió todo a que el diálogo concluyera de forma abrupta.
La periodista Vicky Dávila y el senador Gustavo Petro, nunca han podido encontrar un punto en común para estar de acuerdo; en varias ocasiones se les ha visto entablar conversaciones amenas que incluso insinúan que ambas partes respetan la posición política del otro, sin embargo, durante el último encuentro que tuvieron las cosas resultaron un tanto fuera de control.
Todo comenzó cuando la directora de Semana trajo a colación el tema del paso del Senador por el M-19, lo cual no fue del todo agradable para él, por lo que comenzó a contestar en un tono un tanto cortante y argumentativo. “Me tienes de amigo de Maduro. Me tienes de expropiador. Me tienes de asesino de Mercado. Me tienes de auspiciador de la toma del Palacio de Justicia, porque fui del M-19”.
Ante esto continuó con un tanto más de ímpetu y comenzó a acusar a Dávila de estar aplicando una “estrategia de tipo electoral”, para causar miedo en la población, haciendo referencia a los temas que trajo a colación en la entrevista Vicky.
Se defendió además diciendo que no se le puede señalar de actos del M-19 como la muerte de José Raquel Mercado, pues, según cuenta, para la época tenía 13 años. Igualmente dijo que no estuvo involucrado en la toma del Palacio de Justicia y reiteró que no tiene relación alguna con Nicolás Maduro.
Petro afirmó además que con la estrategia de Vicky “quieren hacerle la campaña al que diga Uribe”, e insistió en que las afirmaciones en su contra de haber participado en actos terroristas son falaces.
La periodista por su parte, continúa diciendo que él “perteneció a un grupo delincuencial”,
“Se tomaron el Palacio de Justicia y mataron gente”, lo cual el Senador continuó negando y exponiendo desde su posición.
Finalmente Petro se retiró de la entrevista diciendo: “Bueno, Vicky, entonces usted no tiene por qué entrevistar a un hampón. La libero de esto (…) Usted tiene que diferenciar qué es el derecho a rebelarse contra un Estado tiránico o la cofradía con el Estado para masacrar a la población. (…) Entonces no me diga hampón, porque no lo soy. Gracias, muy amable”.