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Alcalde violó la cuarentena para ir a beber y se hizo el muerto para evitar ser arrestado

La cuarentena no solo ha generado crisis económica para miles de familias, además ha dejado en evidencia a gran cantidad de ciudadanos irresponsables que no han sabido acatar las medidas de aislamiento y han terminado exponiéndose de manera torpe, tanto al peligroso virus como a las sanciones preparadas por las autoridades.

Sobre esa clase de comportamiento se creería que los funcionarios públicos como alcaldes y gobernadores son quienes suelen dar un buen ejemplo a la ciudadanía, sin embargo, la experiencia recopilada a lo largo de la cuarentena ha mostrado cómo los trabajadores y mandatarios locales suelen ser quienes más violan las normas de convivencia en el afán de celebrar y entretenerse durante el encierro.

De esa manera se registró uno de los hechos más extravagantes e hilarantes de toda la cuarentena, luego que un alcalde de la comunidad de Tantará en Perú, decidiera hacerse pasar por muerto para evitar el control de la policía local, llegando al punto de esconderse dentro de un ataúd, sin embargo, su idea no terminó siendo nada efectiva.

Jaime Urbina Torres, alcalde de distrito de Tantará, en la provincia de Castrovirreyna, horas antes del singular incidente decidió violar las medidas de aislamiento preventivo y salir junto con un grupo de amigos a beber licor y celebrar. En el momento que llegó la policía, tanto Torres como varios de sus amigos decidieron esconderse en féretros funerarios que se encontraban en el lugar aunque sin tapa, haciéndose pasar por personas fallecidas.

Tal escándalo ha dejado a Torres en el ojo del huracán, pues, según el testimonio de varias personas de la localidad, el hombre ha venido mostrando a lo largo del periodo de cuarentena su displicencia y poco entendimiento de las medidas de aislamiento, comentando que el pasado 9 de mayo fue obligado a asistir a una reunión de emergencia en su propio pueblo debido a las condiciones de salud que se maneja en Tantará actualmente.

Como era de esperarse, el hecho ha causado revuelo e indignación, no solo en todo Perú, sino en varios países donde la noticia, aunque irrisoria, no deja ser un reflejo de la actitud de muchos mandatarios que no han acatado las medidas de aislamiento y no han intentado proteger a los ciudadanos de las comunidades que administran.